Con la zona acordonada y rodeada de decenas de policías, la negociación busca el agotamiento de los delincuentes. El hecho de que los atracadores vayan fuertemente armados es lo que más inquieta a las autoridades. El coronel Ribas, de la Policía Científica, resaltó que "la negociación está estática, no ha avanzado pero tampoco ha retrocedido y eso es muy importante". En relación al estado de salud de los rehenes, señaló que unos están manifestando dolores de cabeza, vómitos "y eso forma parte del mismo stress de la situación que están viviendo".